En el número de septiembre aparece una reseña de Paraíso de Bruno Gibert con una traducción afinadísima de Teresa Duran. Un libro para pensar y hablar de la muerte y de la vida.
“El abuelo del narrador ha muerto y le han dicho que ha ido al paraíso; así que el niño, de 9 años, comienza un monólogo en el que se pregunta y se responde a una serie de cuestiones relacionadas con la muerte, el paraíso al que supuestamente se accede, la reencarnación… Va tirando de un hilo, va verbalizando aquello que las emociones le dictan en una circunstancia tan abstracta, irreal a veces, como la desaparición de un ser querido. Obviamente no es el primer libro en abordar la cuestión, pero lo que lo hará inolvidable es la elección de las imágenes que acompañan los sentimientos, los pensamientos tan fuertes que suscita la muerte; unas imágenes frías, impersonales como señales de tráfico, logos, signos convencionales, pictogramas. El contraste es chocante -quizá menos para los niños y jóvenes con una educación básicamente visual-, pero muy sugestivo y estimulante. La correspondencia de significados entre las frases y los símbolos resulta natural, inteligente o no falta de humor en manos de Bruno Gibert, autor también de otro libro sorprendente –Mi pequeña fábrica de cuentos (Thule, 2008)-, que busca siempre sorprender y estimular al lector. Estamos ante una obra de largo recorrido y amplio espectro, como muchas medicinas, que se puede poner en manos también de lectores más jóvenes o mayores sin causar efectos secundarios perjudiciales; al contrario, puede convertirse en libro de cabecera para aligerar la pesadumbre en esos momentos duros posteriores a la pérdida de un ser querido.”
Teresa Duran y Armengol
Revista CLIJ (Septiembre 2009)